El orgullo y la tristeza se mezclaron el sábado 6 de abril, cuando el Zoológico de San Diego comenzó una fiesta de despedida de tres semanas para los pandas gigantes. Y hay razones de más para sentirse orgullosos tras el éxito de un programa de conservación de 23 años que ayudó a que los osos blanco con negro regresaran del borde de la extinción.
La tristeza surgió al darse cuenta que el sábado 27 de abril será el último día para ver a los dos pandas restantes del zoológico: la prolífica madre Bai Yun y su hijo de seis años de edad, Xiao Liwu, puesto que está por terminar el préstamo multianual del gobierno chino y ahora se dirigen a un centro de investigación fuera de Chengdu.
“Casi no recuerdo un momento en el que no estuvieran aquí", dijo Pamela Mendoza, residente de Bonita y miembro del zoológico, que se formó desde temprano con una compañera jubilada, Renee Thornton, de University City, para ver a los comedores de bambú por última vez. “Es desgarrador, pero creo que es hora de que se vayan a casa. Deberíamos enviarlos con unos tacos de pescado y una tabla de surf”.
Los ejecutivos del zoológico tenían en mente una despedida diferente. Esa mañana recibieron a un séquito de funcionarios chinos de Los Ángeles para hacer breves comentarios a los medios de comunicación, seguido por la revelación de una escultura de piedra en honor a la “colaboración internacional para salvar al panda gigante”. Se encuentra en una maceta frente a los terrenos de exposición de los pandas que pronto estarán desocupados.
Zhang Ping, cónsul general, y Douglas Myers, presidente y CEO de San Diego Zoo Global, colgaron campanas en el recién construido Giant Panda Friendship Wall, también frente a la exhibición. Durante las próximas tres semanas, se alentará a los visitantes a que coloquen campanas y etiquetas de I love panda en la pared para mostrar su aprecio por lo que ha sido una de las atracciones más populares y lucrativas del zoológico. En redes sociales, los funcionarios del zoológico invitaron a los seguidores de los pandas a compartir “sus recuerdos y sus esperanzas para el futuro de la especie” bajo el hashtag #pandas4ever.
En sus comentarios preparados, que fueron cubiertos por un gran número de medios chinos, así como por la cadena Animal Planet, Ping y Myers consideraron la reunión como una celebración de lo que se ha logrado. Reconocieron compartir sentimientos encontrados ahora con la terminación del acuerdo del préstamo: “Es difícil decir adiós”, dijo Ping, pero también se mencionó en términos generales que la colaboración y amistad que comparten pudiera conducir al regreso de los pandas en San Diego.
Myers destacó que cuando los pandas llegaron por primera vez aquí, los expertos en vida silvestre consideraron que la especie estaba al borde de la extinción, con menos de 1000 aún en la vida silvestre. Los científicos del zoológico y de China colaboraron en estrategias para incrementar el éxito reproductivo de los osos, tanto en su nativa China (donde en el último recuento casi se habían duplicado) como en cautiverio. “Trabajando juntos, salvamos al panda gigante”, dijo Myers.
Ping llamó a los pandas “los tesoros nacionales” de China e importantes “enviados de amistad” para su país. Señaló el trabajo del zoológico con Bai Yun, de 27 años de edad, al cuidarla para ser madre de seis oseznos mientras vivía en San Diego. Ella es la madre panda más prolífica de cualquier zoológico en el extranjero, dijo Ping, y el nacimiento de Xiao Liwu en el 2012 la convirtió en la segunda panda registrada más longeva en dar a luz. “Han hecho un trabajo magnífico al cuidar de Bai Yun y su familia”, dijo.
Cuando Bai Yun llegó en 1996 de la Reserva de Pandas de Wolong en China, se suponía que debía quedarse durante 12 años. Pero debido a su éxito en la crianza, el préstamo continuó extendiéndose. En el camino, un nutricionista del zoológico desarrolló una fórmula láctea de la lactancia de Bai Yun que ahora se usa ampliamente en otras instalaciones (dentro de Estados Unidos, los pandas también se encuentran en zoológicos de Washington, D. C; Atlanta y Memphis).
Ahora, se acerca la jubilación de Bai Yun en su natal China. Las autoridades dijeron que será trasladada al centro de investigación y conservación de China para el panda gigante en Dujiangyan, donde se unirá a Gao Gao, el padre de cinco de sus crías. El papá panda llegó allí en octubre. Xiao Liwu también viajará al mismo lugar, al menos temporalmente. A sus seis años de edad, el osezno permaneció en el zoológico más de lo esperado (según los acuerdos del préstamo, las crías suelen ser trasladados a China cuando tienen tres años) y también puede terminar en un programa de reproducción. Varios de sus hermanos han tenido hijos propios.
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